domingo, 24 de julio de 2011

Siesta de verano

Con la crueldad del sol taxidermista
a las tres de la tarde...
Luis García Montero.

El verano pasa lentamente, con la lentitud que dice Luis García Montero que tiene el sur, dejándonos la cabeza abotargada y el cuerpo aletargado, como después de una siesta de bella durmiente.

Las tardes se suceden lentas, casi idénticas, como dos moscas. Después del gazpacho de rigor y de un segundo plato no demasiado copioso ni caliente, mi padre pone el Tour y hace de bella durmiente, momento que yo aprovecho para cambiar de canal. Los deportes me aburren soberanamente.

Veo A dos metros bajo tierra o las noticias de TV5 France, aunque deteste la entonación "de noticias" que se ha generalizado en medio mundo, seguramente debido al influjo de las cadenas norteamericanas. Me sirve de repaso para la prueba de la Escuela Oficial de Idiomas que tengo que hacer en septiembre.

Después, la tarde sigue. Huele a jazmín y a plumaria.


Yo me dedico a echarte de menos y a echar de menos los desayunos continentales, las mañanas de sábado, tus besos, el olor de tu cuello por las mañanas, la hora mágica del atardecer en el antiguo balneario a la orilla del mar que es, sin duda, el lugar con más encanto de esta ciudad de Vandalia...

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