Hay día que no. Y hay días que sí. Hay días en que me duele un poco la nostalgia, y no hago más que pensar en cómo era todo antes. Quiero hacerme muy pequeña, o desconectarme temporalmente, y volver a conectarme más adelante.
Otros días pienso en las pequeñas metas: nuestros pequeños grandes proyectos.
Si consigo un teletrabajo verdadero, podré hacer lo que quiera. Podré volver a Málaga, vivir cerca de mis padres, ir a ver a mi padre todos los días y dar un paseo con él. Podré ir a Canadá, si quiero. Y aún me sobrará dinero para hacer otro viaje soñado: a Argentina, Chile y Brasil, a lo mejor. O a Grecia. O a Islandia.
O pienso en los pequeños pequeños proyectos. Novia los ha escrito en una lista, que hemos pegado en la nevera, en medio de un horror vacui de recetas, postits, fotos y otras cosas:
Vivir juntas, y no casi juntas.
Ir a buscar a Brincadeira (a lo mejor)
Hacer un cineforum en casa
Comprar un proyector en segundamano.es (a lo mejor)
Ir de excursión a la sierra
Hacer un jersey de punto
Volver a hacer CouchSurfing
Leer toda la serie de la Guía del autoestopista galáctico.
Leer toda la serie de la Guía del autoestopista galáctico.
Dentro de cuatro meses volveré y tacharé algunas cosas.
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