miércoles, 16 de enero de 2008

Resumen de noticias

No ha estado mal esta última semana en Amsterdam...Aunque he hecho justo lo contrario a lo habitual: martes, miércoles y jueves, tajándome a cervezas por diversos bares de la ciudad, y de viernes a domingo, encerrada en casa, leyendo y viendo capítulos de Sexo en Nueva York. Los motivos: 1. El tiempo de mierda, 2. La desidia de siempre, y 3. Las dolencias que nos han aquejado el fin de semana.

Yo he tenido una conjungivitis en un ojo, que todavía tengo como un tomate. Y Haizea creía tener algo de índole alérgica, y por ello, me hizo limpiar, barrer y ordenar nuestro cuarto entero, labor temeraria, teniendo en cuenta la cantidad de polvo y de roña que había concentrada en semejante pocilga. Después, descubrimos que no era nada alérgico. Pero seguía teniendo una tos horrible y, para intentar paliarla, puso en marcha el plan b, consistente en un remedio casero de Philippa: partir una cebolla por la mitad y colocarla al lado de la cama al irse a dormir. Milagroso. A la mañana siguiente Jaizi amaneció con menos tos, y la habitación, eso sí, impregnada de un intenso olor a cebollino.

Por otra parte, la hija del casero nos ha echado la bronca por pagar con retraso. Y para colmo, por desidiosas precisamente, hemos tenido que pagar un dineral por luz y gas. En consecuencia, estamos otra vez sin un duro, y no me extrañaría que a este paso acabáramos siendo deshauciadas por morosas.

La casa del Noord es una casa de locos, y decididamente, la casa de tócame roque. Primero, de martes a domingo ha estado acampado un chaval peruano en casa. El sábado amanecieron en casa cuatro holandeses, además del peruano, y además de Fiona la Diglósica. Y por si no fuera poco, El Raro hizo su visita de rigor el sábado por la tarde, to pick up some stuff. Por su parte, British David se pasa las horas descojonándose solo con los dibujos animados, y cantando hasta melodías incantables (como la de Mario Bross). Pero yo ya me voy acostumbrando a sus peculiaridades, y hasta me hacen gracia. Es sin duda el mayor personaje que he conoscido nunca, y l@s que lo han visto lo pueden confirmar.

Y el ratoncito, como era de prever, sigue pululando por la cocina a su libre albedrío, y cada vez más osado en sus paseos nocturnos. Yo hasta le estoy cogiendo cariño. A este paso, lo acabaremos domesticando, porque nadie hace nada para echarlo, y yo, personalmente, me niego a hacerle daño a un animalito así.

4 comentarios:

Maine dijo...

¿Cebolla en la mesilla como cura a una dolencia?? Dioses, y yo confiando aún en la ciencia, qué ingenua soy...
Besos Penca.

Anónimo dijo...

Si algo q sé es lo siguiente: NUNCA PONGAS EN DUDA LA SABIDURÍA (NI EL OLFATO) DE PHILIPA.
No poner en duda su sabiduría incluye,por supuesto,no hacerlo con el pajarito que le cuenta tooodo.Es como el de la Janices o peor...
Y creo penquica mía,que el nombre al nacer te lo pusieron acertadismamente.Con esa Iti te tienes ganau en mejor puesto en el cielo...Que pena que ser contra natura sea pecado y por eso nunca vayas a llegar a él...
1 besazo!!!
P.D.:Salutem Huevona Plá.
P.D.2:¿¿¿está bueno el peruano????

Mara dijo...

Lo de la cebolla lo hace también mi madre, eso sí, te quitará la tos xo el olorcillo a sobaquín no te lo quita ni la Virgen de la Paloma! Un beso penca!

P.D. Dile al ratón que se mude. ¿Tú sabes la cantidad de infecciones que traen esos bichos de cloaca? Y encima pululando por la cocina...

Griada dijo...

Anonadada me hallo con la continuidad de vuestras historias de película.