miércoles, 20 de agosto de 2008

Deux jours à tuer

El otro día vi una película francesa que me llamó bastante la atención...

...Se titulaba Deux jours a tuer, en español Dejad de quererme, (con esa manía de doblar y traducir todo y esa poca habilidad buscando un título que le vaya bien a la peli, lo de siempre).

Al principio no es que me entusiasmara, porque el protagonista (Albert Dupontel) me resultaba francamente insoportable, con eso de decir a todos lo que pensaba sin reparos y a bocajarro y de manera grosera y hasta hiriente, que a veces ni venía a cuento...Pero luego conforme me fui metiendo en la película y me fui metiendo en su mundo y cuando supe lo que le pasaba, ya todo empezó a cuadrarme, y al final mira tú por donde, salí del cine con buen sabor de boca.

En un momento de la película, el protagonista le confiesa a su mujer que está harto, que está aburrido de la vida perfectamente monótona y tediosa que lleva, que necesita sentirse vivo, que la vida deberían ser buenos momentos y él hace mucho que dejó de tenerlos. Y es entonces cuando le dice que se pare a reflexionar, ella misma, su mujer, y que piense cuántos momentos memorables ha tenido ella a lo largo de su vida. Pocos. Seguramente todos sumados llegan a un año, no más.

Yo me paré a reflexionar también, y yo creo que en momentos memorables debo de tener más de un año, o eso espero, y eso no está mal, sobre todo si se tiene en cuenta que la mujer del prota rozaba los cuarenta y yo tengo veintiuno. Pero aun con todo siento que debería haber tenido más, nunca son suficientes. Tampoco creo que tengan que ser momentos deéxtasis o de euforia, sino simplemente momentos plenos, momentos que merezca la pena haber vivido, unos más memorables de los que pasan a la posteridad y otros menos, pero todos buenos.

Una debería proponerse siempre tener sólo buenos momentos, o mejor dicho, hacer lo que esté en nuestra mano para tenerlos, aunque a veces sea muy difícil. Podemos cascarla mañana y no haber tenido ni un mes de momentos memorables. Mira lo que ha pasado en Barajas, a fecha de 20 08 2008 nada menos, y nunca se sabe porque el destino es injusto y caprichoso...A mí se me ponen los pelos de punta sólo de acordarme, pero es que "somos moribundos desde la cuna".

La vida se hace aburrida si no intentamos ponerle arreglo. Y yo eso es lo que no soporto, la rutina, la monotonía, el aburrimiento. Me exasperan. Por eso voy a intentar tener todos los momentos memorables posibles. Siempre lo digo y nunca me aplico el cuento, pero lo voy a intentar con ganas, ahora de verdad de la buena...

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