lunes, 14 de diciembre de 2009

Carámbano de plata a la más descastada

Hoy hace un frío que pela.

Hoy es un día anodino, prescindible.

Hoy pienso que puedo ser una nevera a la vuelta de vacaciones: fría y casi vacía. Pienso que sólo puedo querer con cuentagotas y que mi cupo de personas a las que querer está lleno porque mi congerazón es pequeño y yo soy perezosa.

Hoy sé que mañana me quejaré, por no poner de mi parte.

Hoy es una gran anáfora.

Mañana será otro día.

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Acabo de ver que Haizea tiene una medicina homeopática que se llama Anas barbarie y me ha hecho gracia el nombre. Este dato debería ir en El deseo de la palabra, pero al final se me mezcla todo, es inevitable. Por cierto, que según he leído, no me vendría mal para mi resfriado, que hoy ha ido a peor.

6 comentarios:

Christian Ingebrethsen dijo...

Bueno, supongo que es normal que algunos (a mí también) nos pase esto, las (malas) experiencias suelen ser una pesada carga.

Besos.

Mafalda dijo...

aahh, no has cerrado este blog, qué bien :)

Griada dijo...

Yo ayer también quise tirar el mundo por la taza del retrete.

Menos mal que hoy es martes.

María dijo...

Es que el frío y los lunes son duros.

Beso!

Eloísa está debajo de un baobab dijo...

'Congecorazón' precioso!! Yo quiero en él el espacio de un guisante, que me encanta verlos rodando cuando se salen de la bolsa entre los cubitos de hielo. La pereza de querer también la entiendo

Mafalda dijo...

Habría que pensar que hay que aprovechar el momento y que no existen días prescindibles, pero yo últimamente tengo muchos de esos, a decir verdad la mayoría